Nuestros espacios de gratitud se están expandiendo, llegando con música, arte y cultura a nuevos lugares y a nuevas personas. A mediados del mes de marzo se inauguró Casa Mirla en el barrio Bosque Popular, un lugar donde niños, niñas y personas de la tercera edad pueden no solo expandir horizontes artísticos por medio de la música y el arte sino también contar con una zona en la comunidad para contribuir a su bienestar emocional.
Esta iniciativa nació de la necesidad de brindarle un espacio seguro por medio de la cultura a los habitantes del barrio Bosque Popular y sus alrededores. Según el Observatorio de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Bogotá, la localidad de Engativá está entre las 10 localidades con mayor población de adulto mayor en la ciudad; muchas de estas personas con una tasa de desocupación en crecimiento. Por esta razón, Casa Mirla es un espacio donde mujeres y hombres de la tercera edad pueden realizar talleres totalmente gratuitos donde la creatividad y el bienestar prevalecen, siendo la música y el arte el camino.
Por otra parte, los niños y niñas nunca se quedan atrás. En nuestro nuevo espacio de gratitud ellos también tienen un lugar, con clases que les permiten desarrollar competencias y habilidades de autoconocimiento y empatía por medio de interacciones con expresiones artísticas y musicales.
Los encargados de gestionar este espacio son Gabriel Camacho y Laura Jimenez, llamada también Candelaria. Una pareja que le ha apostado al arte como mecanismo de transformación y desarrollo. Así, por medio de una actividad de apropiación de la casa, Gabriel y Candelaria, en compañía de los artistas Melissa Aguirre y Julian Cruz realizaron un mural para inaugurar lo que será un lugar de encuentro de arte, cultura y música para los habitantes del sector.
Casa Mirla nace gracias a las donaciones de todas las personas que han creído que la pintura, la música, el dibujo y cualquier otra expresión artística si puede llegar a cambiar más que vidas, realidades, dejándonos esta invitación a seguir aportando ese primer granito de gratitud para construir muchos más de estos espacios.